Desde el carril GR-411a –que desde La Carihuela rodea al Veleta por su parte suroeste– se ve el valle donde vierten las aguas del circo de este macizo. Esta salida nos lleva hasta los raspones, terreras, lagunas y valles que integran estos escondidos y desconocidos paisajes.
Después de alcanzar con la lanzadera a las Posiciones del Veleta, la ruta continúa por el carril hasta el Refugio de La Carihuela. Unos metros más arriba se corona el Puntal de Loma Púa (3.227 m.); desde él, seguimos por la cuerda hasta el Pico del Sabinar. Tras el descenso, por una considerable pendiente con lasca suelta, llegamos al Río Veleta, situado en un hermoso y poco conocido valle bajo la majestuosa visión del Circo del Veleta.
Desde aquí hasta el Collado de Terreras Azules, nos espera una entretenida ascensión a través de una vereda que utilizaban los pastores para cambiar de valle. Es importante dar con ella. Ya en el Collado continuamos unos metros cresteando en dirección al Púlpito, pico que no llegamos a coronar porque se nos hace tarde.
Bordeando los Raspones de Rio Seco, alcanzamos la espetacular pared de las Chorreras. No nos imaginábamos, al verla, que había que retreparla... pero lo hicimos y nos echamos unas risas de paso.
Desde la laguna de Rio Seco ya solo nos quedaba regresar al carril y volver a La Carihuela a través del Paso de los Guías.
Es de agradecer a nuestro compañero Pepe "Bolo", un apasionado de las viejas y casi perdidas veredas, que nos enlace estas rutas tan poco pateadas.
Después de alcanzar con la lanzadera a las Posiciones del Veleta, la ruta continúa por el carril hasta el Refugio de La Carihuela. Unos metros más arriba se corona el Puntal de Loma Púa (3.227 m.); desde él, seguimos por la cuerda hasta el Pico del Sabinar. Tras el descenso, por una considerable pendiente con lasca suelta, llegamos al Río Veleta, situado en un hermoso y poco conocido valle bajo la majestuosa visión del Circo del Veleta.
Desde aquí hasta el Collado de Terreras Azules, nos espera una entretenida ascensión a través de una vereda que utilizaban los pastores para cambiar de valle. Es importante dar con ella. Ya en el Collado continuamos unos metros cresteando en dirección al Púlpito, pico que no llegamos a coronar porque se nos hace tarde.
Bordeando los Raspones de Rio Seco, alcanzamos la espetacular pared de las Chorreras. No nos imaginábamos, al verla, que había que retreparla... pero lo hicimos y nos echamos unas risas de paso.
Desde la laguna de Rio Seco ya solo nos quedaba regresar al carril y volver a La Carihuela a través del Paso de los Guías.
Es de agradecer a nuestro compañero Pepe "Bolo", un apasionado de las viejas y casi perdidas veredas, que nos enlace estas rutas tan poco pateadas.
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