Ir al contenido principal

Por veredas profundas: La Lobosa y Fuentezuelas

Recuperar los viejos senderos que rodean nuestros pueblos solo se consigue pateándolos.
La vereda de estos dos cortijos, pérdida ya en algunos tramos, la mantienen los caminantes. Aquí y allí algún que otro hito de piedras, historias de pastores sobre ese barranco por el que pasamos, discusiones sobre quien fue el último lugareño que dejó su nombre -ya para siempre- a tal o cual cortijo, hoy abandonado.
Es difícil imaginar cómo debía ser la vida en estas 2 fincas, a 1.500 m. de altura la de La Lobosa, a 1.600 la de Fuentezuelas, separadas de Jérez por abruptos senderos a 6 y 7 kilómetros de distancia. Quedan restos que nos ayudan a imaginarlo: la era de La Lobosa, expuesta a los vientos y rodeada de frutales; el enorme farallón de Fuentezuelas, en el que se anclan los restos de la somera construcción de piedra, las paratas de este lugar casi inaccesible...
Nuestro grupo, después de unos minutos de incertidumbre a la vuelta (menos mal que algunos autóctonos eran capaces de encontrar los senderos sin miguitas de pan), consiguió llegar al punto de partida: Jérez, donde nos esperaba una colosal paella gracias a nuestro chef Ramón Expósito.

CLICAR PARA AMPLIAR FOTOGRAFÍAS



Comentarios

Publicar un comentario