Y allí estaba la representación del C. M. Barranco Alcázar dispuesta a encontrar setas -cualesquiera que fuesen- con tal de que se viese nuestra hermosa sierra y lo que contiene.
Sacamos las cestas, algunas antiguas de verdad... que ya las debían llevar nuestros abuelos; y las navajas que parecían facas preparadas para rebañarles el cuello a cuantos hongos se pusiesen a tiro.
Empezamos mal: con las llamadas "setas de pino" -el Tricholoma Fracticum- que no hay quien se lo coma por su mal sabor. Después tropezamos con un grupo de Macrolepiotas -los "parasoles"- que no daban la talla para cortarlas.
Los locutores comenzaban a desesperarse cuando, de pronto, el grito del Bolo: ¡Habemus niscalos! hizo que nos desplazásemos corriendo con trípodes, micrófonos y cámaras para ver, escondidos entre la pinaza- un grupo de 4 rovellones fresquísimos.
A partir de entonces comenzaron a aparecer en los barranquillos, todos los representantes del mundo fungi que por esta sierra de Jérez sobreviven como pueden a la sequía: grandes macrolepiotas (de mas de 10 cm.), pie de perdiz (Chroogomphus R.), la seta dulce con olor a anís (Clitocybe Odora), la de pie azul (Lepista Nuda), los espectaculares tocones de pino con los incomestibles Tricholopmosis Rutilans, dos llanegas (Hygrophorus) algo secas y unas cuantas negrillas de pino (Tricholoma Terreum).
Mucho más de lo que esperaba el grupo y un rato francamente bueno como el que siempre dá la búsqueda de setas cuando se las cuida y comprende.
Y aquí está el resultado final.
Sacamos las cestas, algunas antiguas de verdad... que ya las debían llevar nuestros abuelos; y las navajas que parecían facas preparadas para rebañarles el cuello a cuantos hongos se pusiesen a tiro.
Lactarius Deliciosus |
Empezamos mal: con las llamadas "setas de pino" -el Tricholoma Fracticum- que no hay quien se lo coma por su mal sabor. Después tropezamos con un grupo de Macrolepiotas -los "parasoles"- que no daban la talla para cortarlas.
Los locutores comenzaban a desesperarse cuando, de pronto, el grito del Bolo: ¡Habemus niscalos! hizo que nos desplazásemos corriendo con trípodes, micrófonos y cámaras para ver, escondidos entre la pinaza- un grupo de 4 rovellones fresquísimos.
Tricholoma Fracticum |
Clitocybe Odora |
A partir de entonces comenzaron a aparecer en los barranquillos, todos los representantes del mundo fungi que por esta sierra de Jérez sobreviven como pueden a la sequía: grandes macrolepiotas (de mas de 10 cm.), pie de perdiz (Chroogomphus R.), la seta dulce con olor a anís (Clitocybe Odora), la de pie azul (Lepista Nuda), los espectaculares tocones de pino con los incomestibles Tricholopmosis Rutilans, dos llanegas (Hygrophorus) algo secas y unas cuantas negrillas de pino (Tricholoma Terreum).
Mucho más de lo que esperaba el grupo y un rato francamente bueno como el que siempre dá la búsqueda de setas cuando se las cuida y comprende.
Y aquí está el resultado final.
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